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Hay que presentar atención a los frenos. Son varios los componentes que deberás mirar, pero hoy te vamos a dar una serie de claves para que sepas cuándo debes cambiar los discos de freno.

Los fabricantes recomiendan revisar visualmente el equipo de frenada al menos dos veces al año si empleas de forma normal tu vehículo, esto es, 20.000 kilómetros anuales o menos. Si realizas muchos kilómetros, sobre todo en zonas urbanas, o practicas una conducción deportiva, lo aconsejable es que compruebes los frenos de disco más a menudo, pues su desgaste en esos contextos será mucho más elevado. No hay una fecha ni un kilometraje recomendado para sustituirlos.

Lo más habitual es que podamos verificar con un simple vistazo el estado de los discos de freno, sobre todo en el caso de las llantas de aleación. Por el contrario, si tu coche monta llantas de chapa, con o sin tapacubos, la cosa es más complicada porque no suele dejar aberturas que permitan verlos con tanta facilidad.

Es importante que sepas que es un elemento que genera mucho calor por la fricción a la que se ve sometido, no deberás tocar con las manos los discos de frenada pues son muchas las personas que sufren quemaduras por un despiste tan simple como este. Sí tienes que hacerlo, lo mejor es que hayan pasado al menos dos o tres horas desde que utilizaste el auto el coche por última vez. Sin embargo, no suele ser necesario recurrir al tacto para saber en qué estado se encuentran.

Cuando los compruebes, debes mirar que los discos de freno muestran un aspecto relativamente brillante, aunque es normal que si tu vehículo lleva mucho tiempo parado o estos elementos tienen ya un tiempo no luzcan así. Verifica que no haya pequeñas fisuras o grietas en los rotores, ya que pueden acabar provocando una rotura con el peligro que esto conlleva. Si están muy rayados, sobre todo, de forma irregular, deberás sustituirlos.

Asimismo, si cuando vas en marcha y aplicas los frenos a cierta velocidad, percibes un pequeño vaivén en el pedal, la causa más probable es que los discos se hayan deformado y te tocará cambiarlos.

Como regla general, los discos de freno deberían cambiarse cada dos cambios de pastillas. Los discos de freno delanteros suelen cambiarse más rápido porque están más propensos a desgastes, cada 120.000 km es la cifra estándar. Los discos de freno traseros se cambian cada 240.000 km aproximadamente.